noviembre 18, 2007

Recogiendo miel antes del frio.

Recogiendo miel antes del frio.


Gotas de miel y bolas de polen que caen sobre los cabezales al extraer los cuadros,
señal de que recogen miel y tienen cría.





Mandala solar.

julio 28, 2007

Corte de miel de Tomillo.






Terminó la floración de tomillo en la sierra y antes de salir en busca del espliego y la carrasca hemos recogido de las colmenas parte de la miel que guardaban (proceso que se denomina corte o castra), así además de intentar ganarnos la vida, las aligeramos un poco de peso.



Cortando un panal de miel de Tomillo.

junio 05, 2007

Derecho al pataleo.

A pesar de la imagen bucólica que de la apicultura se tiene, lo cierto (y cualquier colmenero lo ratificará) es que su dureza hace desistir a más de uno.
Es fácil imaginar la incomodidad de ir enfrascado en un traje espacial, el calor, el peso de las colmenas, la posición de trabajo que balda riñones y espalda y por supuesto los picotazos (pues no se olvide que trabajamos con ganadería "brava"). Estos obstáculos son ampliamente superados por la afición del apicultor, pero la soga que hace dudar de la continuidad de esta profesión en nuestro país viene de la mano de la administración. El precio del carburante, el bajo precio de la miel debido a la importación (solo aclarar que la miel española es más apreciada fuera, sobre todo en Alemania, que dentro de nuestro país, aquí consumimos miel china que sale más barata a los intermediarios), nuevas enfermedades, reiterado uso de pesticidas que en otros países ya han sido prohibidos, controles veterinarios con poca eficacia y gran desconocimiento del verdadero problema, a lo que se suma en la Comunidad Valenciana el chapucero decreto de "la Piñolá" (al que dedicaremos una entrada) que condena al apicultor a alejarse del naranjo debido a un inexistente plan de ordenación de cultivos citrícolas, privándole así de la excelente miel de denominación de origen que los apicultores venían trabajando durante años.
Por supuesto en ningún lugar se nombra la labor polinizadora de la que se beneficia el entorno natural, la agricultura y en consecuencia la vida.
Este problema es extensible a todos los trabajos del campo. Agricultores y ganaderos sufrimos la dejadez y estupidez de instituciones. El campo agoniza hasta que a alguien se le ocurra poner parkímetros en los prados o a cobrar el aire puro.
Aún así pocos pastores querrán dejar de serlo, pocos agricultores cambiarán el cuidado de su tierra por un trabajo más remunerado, y pocos apicultores los aguijonazos por despachos. Y es que nosotros sí le damos valor al campo:


Lluvia y atasco yendo a la oficina.






La oficina.

En la Sierra.






Tras recoger del tomillo y el azahar en el valle a unos 100m de altitud, trashumamos hacia las sierras del Maestrazgo y a unos 1800m situamos el colmenar entre tomillares, en un paisaje idílico, lejos de contaminación y sulfatos.

mayo 04, 2007

El colmenar crece.

En la primavera, si las floraciones lo permiten, las colmenas comienzan a crecer para hacer frente al aumento de nectar. Así que nuestro trabajo estos meses ha sido el de dar espacio y dividir las colmenas más adelantadas.





Si en este momento la colmena no es atendida, construirá panales a su libre albedrío.







Cuando una colmena llega a su máxima densidad, una porción de panales y abejas se pasan a un núcleo creando así un nuevo "individuo".

marzo 08, 2007

Enjambrazón

Una de las mayores alegrías de un apicultor resulta de que un enjambre elija una de sus colmenas vacias para instalarse. Previamente a la llegada de éste, abejas exploradoras habrán elegido por consenso el mejor de los posibles nuevos hogares y lo habrán limpiado. Entonces, sobre el medio día, tras llenar las abejas sus buches de miel, la reina sale de la vieja colmena falta de espacio y vuela envuelta por una nube de unas 20.000 abejas hasta su nuevo hogar.
Existe un olor que hace especialmente apetecible un hogar a las abejas. Es el de los excrementos de la polilla que devora la cera cuando una colmena queda deshabitada.

Enjambre entrando en una colmena vacia.

febrero 25, 2007

La flor más temprana.

Es la flor que despierta a las abejas de su letargo. Pasan desapercibidos el resto del año, pero por estas fechas los almendros despliegan las primeras y más sutiles flores del año. El metabolismo de la abeja se activa con esta flor y la prepara para las siguientes floraciones: romero, tomillo... El apicultor también despierta de su letargo invernal pues es ahora cuando comienza la temporada de trabajo. La colmena comienza a crecer y ha de estar continuamente controlada para proporcionarle espacio y controlar la enjambrazón.